domingo, 31 de agosto de 2008

“Quiero lo que no puedo tener” (moz)


En el siglo XXI...donde niños, adolescentes, jóvenes y adultos vivimos merced a “El Espectáculo”, es decir, significados, ideologías, modas, discursos, imágenes, construcciones que nos ordenan los medios, imponiendo un estatuto de realidad, dejando lo que esta fuera del reinado mediático como marginale inexistente.

Despliegue escénico del gran Espectáculo: El Consumismo. Nacimiento del Homo-Consumiens, que consume consumo.
El esquema de: Necesidad que crea Demanda, lo que incita a la Producción, desembocando
en el Consumo; hoy muta para ser: Producción que crea Demanda, que manda a Consumir, imponiendo necesidades, a través de la publicidad, provocando un estado de deseo en el
sujeto.
Las publicidades apelan a estrategias para fomentar el consumo, prometiendo a quien lo practica realización personal, belleza y juventud eterna, reconocimiento por los demás, en fin, completud y felicidad.

En el siglo XXI...las relaciones entre las personas se dan a través de la imagen, construida y
controlada por publicidades, sin reflexión, crítica o comprensión. Donde los sujetos se encuentran atrapados en el reflejo de ese espejo y sus promesas. Pero este espejismo de la imagen no nos libera de las limitaciones biológicas, de la finitud de nuestro cuerpo, tampoco de la supremacía indomable de la naturaleza, ni de la Ley del Orden Social, de la Prohibición, de las imperfectas relaciones con los otros a los que estamos necesariamente anudados, y que nos convierte
en humanos. Los Mass Medias organizan los sentidos y dan forma al universo de significaciones, no dan lugar a la singularidad, a la diversidad de prácticas, sembrando el discurso universalista, homogeneizando y disciplinando la sociedad, procurando corregir o evitar las deformidades del
cuerpo social, masificando, anulando el espacio de subjetividad.

En el siglo XXI... al igual que, desde el momento en que el hombre ingresa al universo simbólico, a la cultura, somos humanos, sujetos a necesidades, sujetos a faltas, sujetos a un
Otro, que en un primer momento nos da vida, nos da alimento, nos da ternura, nos da sentido en nuestros primeros meses de vida, nos brinda un destino, un camino a seguir, camino que recorremos impulsado por la búsqueda de la completud, de aquella de la que una vez fuimos parte, pero que fue (necesariamente) dejada atrás para poder circular el camino de la vida buscando lo imposible e inalcanzable: ser completos y felices... eso que hoy nos ofrecen en un símbolo, una marca, una cerveza, un celular, un yogurt, una leche que beben niños felices, junto a sus padres, dueños de sus tiempos, en su hermosa morada, en su hermoso lugar...en su feliz completud...
El viejo Damián

Parafraseo e inspiración del texto
"...hacia el siglo XXI..." de Adela Estofán de Terraf.


No hay comentarios: